Translate The Blog:

jueves, 2 de mayo de 2013

La persona que tanto tiempo esperé - Parte I


Camino por los pasillos mientras me peleo con mis audífonos, trato de guardar mi cartera e intento controlar el mechón rebelde en mi cabello. Me siento cansada, agotada, ha sido una semana muy larga, ¿Por qué tenía que asistir a clases hoy? ¿Para qué levantarme temprano y tener que seguir con la tediosa rutina de todos los días? Siempre es lo mismo, me levanto, me arreglo, camino a la escuela y de ahí a mi salón donde trato de no pensar en ti, trato de no distraerme e ignorar ese raro sentimiento. No te conozco, no me conoces, sin embargo hay algo especial en ti que me hace sonreír cada vez que te veo. Y hoy no es la excepción.

Mientras continúo mi camino, absorta en mis propios pensamientos, me topo contigo, distrayéndome por completo, tu luces tan bien como siempre, arreglado, encantador y sonriente. Al verme, me deseas buenos días y yo solo puedo sonreír estúpidamente. ¿Por qué lo hago? ¿Me conoce? ¿Qué sucede? Entonces me doy cuenta que eso haces con todo aquel que se topa en tu camino. Todo pasa tan rápido, que no me doy cuenta que tiré uno de mis libros, aquel que había comprado días antes y que ahora leía por segunda vez. Era un libro corto, pero sin duda asombroso. Me encantaba, tanto que lo leía cada vez que podía, sintiendo cada vez ese sentimiento nuevo que jamás se agotaría.

Al llegar a mi salón, me doy cuenta que llego tarde y no he terminado mi tarea, por lo que no puedo leer, y mucho menos darme cuenta que he perdido mi libro favorito.

Al dar el toque de las 9:30, sonrío para mí misma, saco mi almuerzo y busco mi libro en mi mochila. No está. Me asusto y vuelvo a buscar, una y otra vez. ¿Cómo pude haberlo perdido? ¿Dónde lo busco? Una amiga me aconseja ir a cosas perdidas y me acompaña para que no me sienta sola. Al llegar, veo a aquel chico que me roba el aliento sentado en una de las sillas, esperando a la recepcionista. Al verme, sonríe y se acerca a mí.

-Eres justo la persona que estaba buscando – me dice. – creo que encontré algo que te pertenece.

- ¿Enserio? – respondo, algo perdida todavía.

- Sí, tiraste este libro en la mañana, cuando te dirigías a tu salón, traté de devolvértelo, pero te perdí entre la gente, y no supe donde buscarte.

- Pues me has encontrado – respondo con un tono amable y una sonrisa honesta – te lo agradezco, no sé qué haría sin este libro. Significa mucho que lo hayas encontrado.

- No hay de que agradecer – me dice, inclinándose un poco hacia mí – Me sorprende que alguien conozca este libro, es uno de mis favoritos, pero nadie parece gustar de la lectura hoy en día.
- En eso concuerdo contigo, todos en mi salón creen que soy rara al traer este libro siempre conmigo. Es parte de mi ¿sabes?, esta es la segunda vez que lo leo y sigue sorprendiéndome.

- Creo que te comprendo totalmente – me dice, sacando de su mochila un libro ya algo desgastado por el uso.

- ¡Es el mismo! – Le respondo – no puedo creerlo, ¿también lo conoces? ¿Qué opinas de él?

- Que es fantástico, es sin duda, uno de mis favoritos. Creo que lo he leído unas seis veces. Es por eso que quería entregarte el tuyo personalmente, quería conocer a la chica detrás de este libro. Sé que es una idea loca, pero creo que eres asombrosa.

Y justo en ese momento, me derrumbo por dentro. No podía creer que todo esto estuviera pasando, era como estar en un sueño, pero sin tener que despertar. Todo era perfecto.

Para este momento, no me había dado cuenta que mi amiga ya no estaba y que me encontraba a solas con mi chico de ensueño.



Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario