Finalmente estoy completamente
segura de que me recuerdas pues, tú mismo lo has dicho, mas eso no era lo que
yo esperaba, una fría e incómoda platica de un par de minutos, en los cuales,
tres años de espera fueron destruidos, pisoteados.
Fue en ese mismo instante en el
que me prometí que si volvería a hablar contigo, seria únicamente si tú me
buscabas, si eras tú quien mostraba un poco de interés, ya que, me queda
totalmente claro que ya no piensas mas en mi. Tres años fueron necesarios para
cambiar por completo a una persona, y para que esta optara por una nueva vida,
en la cual, yo ya no encajaba. He ahí la razón que desee saber desde hace tanto
de por qué tu partida, sin despedida. Ya tengo mi respuesta ¿y que más puedo
hacer? ¿Tomar mis recuerdos y marcharme? Seguir tu ejemplo... Hoy lo hago, en
serio.
Soy lo bastantemente fuerte para
entender que, un tu y yo jamás hubiera funcionado; ahora se podría decir que
somos de mundos diferentes. Así que me iré. Empacare cada recuerdo, por más
insignificante que sea, de cada momento
a tu lado y lo guardare con una llave que nadie más podrá tener: la llave de mi
corazón. Daré pausa a esa canción triste que ronda mi cabeza y alejare tu
recuerdo de mi. Hoy es la última vez que lloro por ti, ya entendí que debo
avanzar y ser feliz, abrir mis ojos y estar con quien realmente está ahí, para
mí. Te deseo la mejor de las suertes y espero volverte a ver, para así al menos
dar por hecho que has cambiado. Mas por ahora solo me iré, tratando de no mirar
atrás, sino hacia delante, buscando el mejor de los caminos para tomar, sin ti.
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