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viernes, 21 de septiembre de 2012

Te amaré por siempre


Miro tu fotografía una última vez, antes de romperla en pedazos y arrojaros al fuego que tengo frente a mí. Mil y un cosas pasan frente a mí, comienzo el día en que te conocí, la manera en que tus ojos azules brillaban de alegría, la primera vez que me hablaste y la manera en que nos conocimos, nuestras tontas platicas sobre ningún tema en específico, la manera en que bromeabas conmigo y me hacías sentir mejor cuando alguien había tratado de lastimarme, la manera en que me defendías sin cansancio, la manera en que me mirabas, la manera en que, sin decir nada, podías contarme todo, la manera en que me escuchabas, también recuerdo tu hombro, ese que necesité tantas veces para sentirme mejor, para desahogarme.... Pero, después de una película de un amor que no podía ser, la manera en que dos personas se amaban tanto sin poder llegar a más por temor a perderse, recuerdo la manera en que me despedí, la manera en que te dejé ir, para siempre. Recuerdo todas esas noches sin dormir, esperando esa llamada que nunca llego. Pero más que nada, recuerdo lo cobarde que fui al no poder decir adiós, al no poder alejarme de ti, como si tú fueras parte de mí.

Sin darme cuenta, estoy sosteniendo con fuerza tu fotografía, ya estropeada por mis lágrimas, entonces, me doy cuenta de una cosa: tú fuiste parte de mi pasado, eres mi presente y serás mi futuro, y por más que lo desee, no puedo alejarte de mí, porque al conocerte decidí no dejarte ir nunca.

Así que aquí estoy, sola, triste e inconsolable, sosteniendo la foto de un chico al que, pase lo que pase, amaré por siempre, un chico que ya no existe en mi mundo, esperando que entres por esa puerta frente a mí; pero ¿a quién engaño? tengo que aceptar mi destino, y disfrutar mi presente, porque no sabes qué puedes tener hoy, que mañana desaparezca para siempre....

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